“Estamos viendo unas ampliaciones significativas del sistema ferroviario en muchas áreas debido a que las poblaciones siguen emigrando a las ciudades y estos centros urbanos intentan reducir la congestión y la contaminación.”
Etienne Guerou,
Vicepresidente de asuntos industriales de Vertiv en Asia
Casi todas las etapas del transporte aéreo, desde las reservas hasta el control del tráfico aéreo y los sistemas de control de vuelo, dependen en gran medida de la tecnología. Incluso una pequeña demora en un aeropuerto puede provocar un efecto dominó en toda la red y dejar a los pasajeros varados a cientos de kilómetros de sus destinos.
El caos que puede surgir tras una interrupción del transporte aéreo fue evidente cuando una erupción volcánica en Islandia en 2010 dejó en tierra cientos de vuelos de todo el norte de Europa, lo que creó un efecto dominó en todo el sistema de transporte aéreo que mantuvo a miles de pasajeros varados durante días.
El transporte ferroviario es similar al aéreo en cuanto a la repercusión de las caídas de las instalaciones, aunque suele estar más localizado y ser más inmediato, lo cual causa mayor angustia y desorden social entre los viajeros que dependen del ferrocarril para viajar cortas distancias.
La industria del transporte colectivo obtuvo una alta puntuación de nuestros expertos con base en el riesgo que las caídas de las instalaciones introdujeron en la salud de los seres humanos, el orden social, el efecto dominó y la indignación pública.