Es tal el entusiasmo en torno al 5G que ha acaparado toda la atención este año en el en el Mobile World Congress. Los gadgets y los dispositivos quedaron en segundo plano, ya que los expositores se centraron en las innovaciones que ofrece el 5G. Esto ha obligado a las empresas de telecomunicaciones a defender sus propuestas de servicios y luchar por destacar con afirmaciones de tipo “el primer” o “el más rápido”.
No obstante, aunque el 5G sea el protagonista para los medios de comunicación y los analistas, ¿será la fórmula mágica que devolverá el buen estado al maltrecho sector de las telecomunicaciones? La respuesta no resulta en absoluto clara y simple. De hecho, los inversores en empresas de telecomunicaciones europeas se están cuestionando la justificación económica de la inversión en el 5G hasta comprender mejor cómo afectará al futuro de estos negocios. Es necesario analizar los casos de uso y cómo aportarán nuevos canales de ingresos en el sector.
Un primer vistazo
Para entender dónde residen las oportunidades del 5G, antes debemos comprender la compleja serie de retos a los que se enfrentan las empresas de telecomunicaciones. Se trata de un sector en constante cambio. Los ingresos disminuyen a medida que los consumidores demandan más datos a un precio fijo debido a la competencia en el mercado. Estos datos cuestan más a las empresas de telecomunicaciones, lo cual dificulta en gran medida el aumento del promedio de ingresos por usuario.
Al mismo tiempo, los principales servicios de telecomunicaciones, como la voz, la mensajería y las videollamadas, se están quedando rezagados con respecto a otros competidores destacados como Facebook, Apple, Google o cualquier nueva aplicación de mensajería. En realidad, McKinsey anticipa que la cuota de mensajería, telefonía fija y telefonía móvil proporcionada por esos competidores destacados podría aumentar hasta el 60 %, el 50 % y el 25 % respectivamente este año.
Sin embargo, el declive de los servicios no es la única área en la que las empresas de telecomunicaciones se ven amenazadas por los competidores destacados. Facebook, Amazon, Netflix y Google, o FANG, como se las conoce popularmente, han creado servicios innovadores que emplean en gran medida la infraestructura de telecomunicaciones existente. En el caso del contenido de vídeo, las compras o las comunicaciones tradicionales, estos nuevos competidores acaparan la relación con los clientes, relegando así a las empresas de telecomunicaciones a un segundo plano de servicios básicos que aporta pocos ingresos.
La oportunidad del 5G
Teniendo esto en cuenta, los operadores de telecomunicaciones necesitan una idea clara sobre cómo pueden ayudarles las innovaciones que aporta el 5G a recuperar su estatus. La actualización de la red para proporcionar funciones 5G es una tarea compleja y costosa, por lo que debe existir una justificación económica clara para realizar la inversión.
Afortunadamente, las velocidades de descarga y la baja latencia equivalentes a las de la banda ancha prometidas por el 5G ofrecen diversas oportunidades a las empresas de telecomunicaciones. Ante todo, 5G permitirá el ya anunciado Internet de las cosas (IoT). En el caso de las empresas de telecomunicaciones esto implica una oportunidad para controlar la red, algo que en los últimos años ha sido complicado. Como la mayoría de los consumidores ya tienen un contrato con un operador de telecomunicaciones, el crecimiento basado en nuevos consumidores es mínimo. No obstante, cuando cada una de estas personas conecta varios dispositivos inteligentes a la red, el potencial de crecimiento es muy grande.
Esto se amplifica cuando se tienen en cuenta las aplicaciones comerciales de IoT. Por ejemplo, en la fabricación, las empresas de telecomunicaciones se pueden considerar como la columna vertebral, ya que conectan sensores a los servicios finales y permiten la automatización de la infraestructura de cadena de suministro o las operaciones de fabricación. De igual forma, los operadores de red podrían desempeñar un papel crucial en la implementación de ciudades inteligentes, posibilitando operaciones autoreguladas tales como la iluminación pública y el control del tráfico inteligentes.
A fin de que las empresas de telecomunicaciones puedan sacar partido de la oportunidad que ofrece el 5G, la infraestructura y las operaciones serán cruciales para el éxito. Todos los elementos de sus redes deben funcionar de manera óptima y con una capacidad de primer nivel para permitir un futuro con 5G que ofrezca crecimiento y rentabilidad a un coste operativo razonable. Los accionistas de centros de datos inteligentes que estén pensando ya en el 5G deberían plantearse algunos puntos claves, por ejemplo:
Latencia y Edge Computing
La latencia baja es una de las promesas principales de una red 5G. Los centros de datos edge (arquetipo máquina-máquina) serán cruciales para reducir la latencia, ya que acercan la potencia de computación a los usuarios finales. Las empresas de telecomunicaciones están en una situación favorable en lo que respecta al edge de la red, ya que disponen de una gran cantidad de instalaciones listas para la conversión. Por ejemplo, en Estados Unidos, AT&T está preparada para cambiar más de 4000 centrales telefónicas existentes por centros de datos de pequeño tamaño, mientras que en Europa todos los operadores pretenden reestructurar sus topologías de red mediante la actualización de los emplazamientos core y de acceso con ancho de banda y potencia de computación. Los equipos de operaciones también deben explorar el paradigma de la hiperescala, ya que se están sentando precedentes para trasladar esta hiperescalabilidad al concentrador local.
Gestión de varios emplazamientos
Los operadores de telecomunicaciones cuentan con instalaciones exclusivas que incorporan emplazamientos core, de edge, de transmisión y de acceso geográficamente dispersos ya conectados mediante IP. Todos ellos se deben optimizar para el uso del 5G, desde las fuentes de alimentación de CA y CC hasta elementos como servidores, racks, interruptores, espacio, potencia y refrigeración. Sin embargo, la misma solución no vale para todos. Los directores de las instalaciones deben determinar qué emplazamientos presentan entornos complejos y seleccionar los componentes en consecuencia. Además, serán necesarias soluciones inteligentes de seguridad y DCIM para controlar el rendimiento y gestionar las amenazas en la red.
Reducción de los costes energéticos
Aunque el mundo del 5G implica mejorar y optimizar la infraestructura de red, las empresas de telecomunicaciones también deben ser conscientes de la otra parte del problema: la gestión de los costes. La energía suele ser el coste operativo más elevado de las instalaciones, y aumentará significativamente a medida que se incremente la densidad de los emplazamientos a fin de acomodar el tráfico de datos adicional generado por el 5G. El Ahorro energético como servicio (EsaaS) es una nueva opción que vale la pena tener en cuenta aquí. Puede garantizar un ahorro energético en diversos emplazamientos, reducir los gastos operativos y ofrecer tranquilidad gracias al control, el mantenimiento y el soporte constantes.
Al margen de la cobertura mediática, el 5G ofrece algunas oportunidades claras y estratégicamente importantes para las empresas de telecomunicaciones si pretenden redefinir su papel en un mercado saturado. No obstante, superar el reto de la infraestructura y las operaciones es igual de importante que sacar partido de la oportunidad que ofrece el 5G. Ambas cosas deben ir de la mano si las empresas de telecomunicaciones quieren acceder a nuevas vías de ingresos.
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