Los vehículos conectados son una de las grandes oportunidades que ayudan al sector de las telecomunicaciones a recuperar las fuertes inversiones en redes 5G.
Sin embargo, se está analizando si el 5G será o no una parte esencial del ecosistema de los vehículos autónomos. ¿Están desaprovechando las empresas de telecomunicaciones una fuente de ingresos de enorme potencial?
Los vehículos conectados ya están presentes en las carreteras, pero ¿necesitarán una red 5G?
Gartner estima que habrá 250 millones de vehículos conectados en las carreteras en el año 2020. Aunque estos no serán probablemente los vehículos autónomos de las películas de ciencia ficción, sí tendrán conexiones inalámbricas capaces de soportar algunos procesos de conducción automatizada, infotainment y telemática para mejorar la seguridad en la carretera.
A pesar de que haya ciertas dudas sobre que los vehículos conectados serán nuestro futuro, hemos presenciado un intenso debate acerca de cómo estos vehículos autónomos se comunicarán entre sí y cuál será la infraestructura que los rodee.
Por un lado, están algunos fabricantes de vehículos, como Renault, Toyota y Hyundai, que apuestan por un sistema de comunicación “de vehículo a vehículo” (V2V). Se trata de una tecnología de corto alcance que utiliza una banda de espectro exclusiva para la comunicación entre vehículos. Quienes apoyan esta tecnología argumentan que ya se encuentra disponible, así que no habrá retrasos para introducir vehículos con funciones de seguridad conectadas en nuestras carreteras.
Por otro lado, están las empresas de telecomunicaciones, junto con algunos fabricantes de vehículos como Volkswagen y BMW. Este grupo apuesta por un sistema celular de largo alcance, por el que los vehículos comparten ondas de radio junto con señales de telefonía móvil y otro tráfico de datos.
Evidentemente, para las empresas de telecomunicaciones, hay un gran interés en este segundo sistema. Como hemos mencionado anteriormente, la inversión en las futuras redes 5G exige unos enormes gastos de capital, por lo que las empresas de telecomunicaciones necesitan una potente estrategia de puesta en valor.
Sin embargo, el argumento para la conectividad celular de largo alcance va mucho más allá de simplemente “llenar la red”. Para entender este concepto, debemos explorar en mayor profundidad los casos prácticos de los vehículos conectados.
El sistema V2V permitirá a los vehículos comunicarse entre sí, de modo que podrán circular mucho más juntos en las carreteras y sincronizar sus reacciones para evitar accidentes. No obstante, hay quienes comparten un objetivo más ambicioso, en el que los vehículos deberían poder comunicarse con la infraestructura cercana e incluso con los peatones. Esto aporta una nueva dimensión a los métodos con los que la automatización puede reducir las lesiones y muertes en la carretera. También significa que se podría mejorar la fluidez del tráfico a través del seguimiento de redes de vehículos para determinar las rutas menos congestionadas.
Estos casos prácticos se conocen de forma colectiva como el sistema de comunicación “de vehículo a todo” (V2X). La funcionalidad necesaria para hacerlos posibles dependerá del despliegue de las redes móviles 5G. El sistema V2X será más lento que el V2V, pero finalmente será más holístico en términos de creación de un sistema de carreteras más inteligente y seguro.
¿Existe una solución intermedia?
Se espera que la Comisión Europea anuncie este otoño cuál de estas tecnologías apoyará para la conexión entre vehículos. Hasta el momento, los representantes oficiales han insistido en que la legislación permanece “neutral en cuanto a estas tecnologías”, obligando a los fabricantes a crear sistemas que funcionen tanto con Wi-Fi como con 5G.
Algunos miembros del sector de las telecomunicaciones siguen preocupados al considerar que se dará preferencia al Wi-Fi y argumentan que esta decisión eliminará una parte fundamental de sus incentivos para invertir en la tecnología 5G. Sin embargo, dado el objetivo más amplio de la funcionalidad del sistema V2X que apoyan muchos de los principales fabricantes de vehículos y empresas de telecomunicaciones, parece que la intervención del 5G es inevitable.
Las empresas de telecomunicaciones tendrán que moverse con rapidez y ser audaces si quieren aprovechar la oportunidad que ofrecen los vehículos automatizados. No obstante, los nuevos casos prácticos solo podrán ser viables si la infraestructura se encuentra instalada y funcionando. Por este motivo, el papel de quienes trabajan en instalaciones y centros de datos será decisivo cuando las empresas de telecomunicaciones busquen posicionarse como la columna vertebral de la red de vehículos conectados.
Cuando se trata de vehículos conectados por el sistema V2X, tanto el rendimiento de la red como el centro de datos subyacente pueden ser, literalmente, cruciales para la vida (uno de los 4 arquetipos del edge definidos por Vertiv). Teniendo esto en cuenta, las empresas de telecomunicaciones que busquen desempeñar un papel en el ecosistema de los vehículos conectados deberán apuntalar una infraestructura crítica que permita la propuesta de servicios V2X. Los responsables de instalaciones que quieran dar soporte a esta evolución del negocio deben considerar los siguientes puntos clave:
Reducción de latencia con la red 5G
La promesa del sistema V2X son las respuestas automatizadas a las situaciones de riesgo, reduciendo los accidentes, lesiones y muertes en la carretera. No obstante, si la coordinación de red falla en el momento decisivo, la función principal de este sistema desaparece y se ponen vidas en peligro. Afortunadamente, la latencia baja es uno de los argumentos clave de venta de una red 5G. Para permitir esto, las empresas de telecomunicaciones deben llevar el procesamiento más cerca de la infraestructura de carreteras, lo que actualmente suele ser un punto ciego de datos. Esto se puede conseguir a través de una red de centros de datos en el edge.
Seguridad de los vehículos conectados
La seguridad es otra de las principales preocupaciones ya que cada vehículo conectado se convierte en un nuevo dispositivo conectado, lo que podría abrir la red a las amenazas. Por este motivo, las flotas de vehículos conectados deben estar protegidas contra los hackers y el malware. En Europa, la 5G Infrastructure Public Private Partnership (5GPPP) ha recomendado que las empresas de telecomunicaciones inviertan en tecnologías de seguridad estandarizadas, como compartimentación de red, microsegmentación y espacio MTC, para aumentar considerablemente la protección contra amenazas.
Análisis de datos de los vehículos autónomos
La recopilación y el análisis de datos serán fundamentales para la economía de los vehículos conectados. Para los fabricantes, la información de los datos ayudará a “transformar la experiencia del cliente y crear nuevos servicios”, según afirma Mark Fields, director ejecutivo de Ford. Para los gobiernos locales, estos datos pueden ayudar a mejorar la seguridad y la fluidez del tráfico.
Los centros de datos deben proporcionar la infraestructura subyacente para gestionar los exigentes requisitos de computación y almacenamiento que generarán los vehículos conectados. Desde fuentes de alimentación de CA y CC hasta servidores, racks, conmutadores, espacio, suministro eléctrico, refrigeración y gestión remota, cada elemento del centro de datos debe rendir al máximo y ofrecer la mejor capacidad edge para permitir un análisis de datos significativo, y gran parte de ello debe hacerse en tiempo real. Las funciones de telecomunicaciones y datos también deben estar empaquetadas lo más densamente posible para dar cabida a las ubicaciones físicas que se encuentran ocupadas actualmente por los sistemas de telecomunicaciones, fundiéndose con el entorno de red existente.
Con la red 5G, los vehículos conectados ofrecen una enorme oportunidad de mercado para las empresas de telecomunicaciones que buscan hacerse con nuevas fuentes de ingresos y garantizar su relevancia más allá de la transmisión de datos. Sin embargo, en este caso, una gran oportunidad conlleva una gran responsabilidad. La infraestructura es más crítica que nunca, y por eso los equipos de infraestructuras y operaciones serán los motores que impulsen este viaje.
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