La interoperabilidad es la máxima prioridad para muchas organizaciones sanitarias. Conozca los retos que afrontan los profesionales de TI a la hora de implementar la interoperabilidad y los 6 pasos para prepararse.
Decir que la interoperabilidad es un tema candente en el mundo TI del sector sanitario puede ser el eufemismo del año. De hecho, Forrester dice que el tema “sienta las bases” en la conferencia de este año de la Healthcare Information and Management Systems Society (HIMSS). A medida que la industria sanitaria se encamine hacia un nuevo modelo empresarial impulsado por los datos y basado en el valor en el que los pacientes están en el centro y tanto proveedores como pagadores comparten la información con un interés en el bienestar de los pacientes, el estándar de Recursos de Interoperabilidad Sanitaria Rápida (fast healthcare interoperability resources, FHIR) propuesto por Health Level 7 (HL7) se encontrará en radar de todos.
Sin embargo, aunque todas las partes pueden estar de acuerdo en que la noción de interoperabilidad mejorará drásticamente la atención sanitaria y la experiencia del paciente, Forrester también señala que en la HIMMS de 2019 el gran ausente fue el debate sobre las formas de lograrlo.
Los desafíos de implementación con interoperabilidad.
La HIMSS define la interoperabilidad como “la capacidad de diferentes sistemas de información, dispositivos o aplicaciones para conectarse, de manera coordinada, dentro de la organización y entre distintas organizaciones para acceder, intercambiar y utilizar de forma cooperativa datos entre las partes interesadas, con el objetivo de optimizar la salud de los individuos y las poblaciones”.
Sin embargo, cuando menos, lograr este ideal no será fácil. FHIR está ayudando a facilitar el progreso y a eliminar algunas de los obstáculos para la implementación creando un lenguaje estándar común para todos los sistemas de TI de atención sanitaria. Sin embargo, todavía no se ha acordado universalmente una plataforma estándar o genérica de intercambio de datos de proveedores, y como resultado, la adopción de tecnología entre los múltiples jugadores es desigual. Otros desafíos giran en torno a encontrar formas de garantizar que los datos correctos coincidan con el paciente correcto, de modo que para los médicos sea sencillo y eficiente encontrar la información necesaria en los registros compartidos, los requisitos normativos cambiantes y las amenazas de ciberseguridad siempre presentes. Esta estrategia va más allá de las complicadas estrategias de software y herramientas digitales, y requerirá un movimiento de TI más cercano a los médicos y a los pacientes, es decir, el extremo de la red. Esto significa que TI de la atención sanitaria necesita ampliar su alcance físico para incluir el soporte y la monitorización de la infraestructura que hacen posible la interoperabilidad.
Existen grandes desafíos. Pero muchos de los sectores son optimistas en cuanto a que pueden resolverse y se resolverán, más pronto que tarde. A medida que la industria trabaja en estos problemas y define nuevos estándares que superarán los obstáculos y harán posible la interoperabilidad, las organizaciones sanitarias individuales pueden prepararse para los cambios que se presentan en el horizonte poniendo de su parte para preparar sus propios sistemas internos e infraestructuras para la interoperabilidad.
En concreto, las organizaciones de TI pueden:
- Participar en el proceso de desarrollo de estándares. Un informe reciente de la American Hospital Association y otras seis asociaciones hospitalarias líderes establecen una agenda nacional para mejorar la interoperabilidad. El informe analiza la importancia de la colaboración con las partes interesadas, lo que incluye “dar voz al proceso de desarrollo”. Una forma de hacerlo es comprometerse con la Consultoría de estándares de interoperabilidad (Interoperability Standards Advisory, ISA). La ISA pretende proporcionar al sector una única lista pública de las normas y especificaciones de implementación que se pueden utilizar para abordar las necesidades específicas de interoperabilidad de información sanitaria clínica. La ISA abre periodos anuales para comentarios públicos que permiten a los proveedores de atención sanitaria, a los desarrolladores de TI de atención sanitaria y a otras partes interesadas influir en el desarrollo de estándares de interoperabilidad.
- Utilizar relaciones con los proveedores para fomentar una mayor compatibilidad en el diseño de sistemas. Como otra recomendación en el informe de la AHA, se anima a los hospitales y organizaciones sanitarias, como compradores de TI de atención sanitaria, a que utilicen su influencia en los proveedores de registros médicos electrónicos (RME) y a hacer que se conozcan sus preferencias para los productos y sistemas que utilizan los estándares de FHIR. Trabajar de forma colaborativa con los proveedores y ejercer el poder de compra puede ayudar a todas las partes a ir en la dirección correcta para facilitar la interoperabilidad.
- Considerar la estandarización de las herramientas de TI de atención sanitaria en los centros de atención. Los sistemas sanitarios son conocidos por ser silos de datos dentro de sus propias organizaciones. Encontrar formas de agilizar la gestión de datos y reducir el número de sistemas a los que los médicos tienen que acceder para reunir datos de pacientes puede ayudar a allanar el camino hacia la interoperabilidad. Esto es probable que comience con un inventario completo de todas las aplicaciones y sistemas que se están utilizando actualmente. A partir de ahí, el personal de TI puede comenzar a identificar oportunidades para estandarizar y simplificar sus redes.
- Adoptar las API. Según HIMSS, las API, o interfaces de programación de aplicaciones abiertas, desempeñarán un papel clave en la interoperabilidad. Facilitan el intercambio de datos abriendo plataformas sanitarias a aplicaciones externas. HIMSS es partidario de las API y de su capacidad para mejorar la conectividad e impulsar la innovación, y deben tenerse en cuenta en las decisiones tecnológicas y en las inversiones de cara al futuro.
- Elaborar un plan para actualizar o sustituir sistemas heredados. Los sistemas antiguos pueden llevar a cabo operaciones sanitarias a medida que intentan adoptar nuevos estándares y lograr una verdadera interoperabilidad. Sin embargo, el coste de sustitución o actualización de estos sistemas suele ser prohibitivo. Las organizaciones de TI de atención sanitaria pueden empezar por identificar y dar prioridad a la actualización de sistemas que están pasados de moda y obsoletos, y pueden elaborar un plan para adoptar sistemas nuevos, específicamente aquellos que facilitan la interoperabilidad, a medida que el presupuesto lo permita.
- Invertir en la resiliencia, eficiencia y escalabilidad de su infraestructura en el Edge. El viaje hacia la interoperabilidad solo contribuirá a la rápida expansión de los datos y a las nuevas tecnologías dentro del ecosistema sanitario. Con el nuevo reto de permitir el intercambio de datos y la entrega de información sanitaria donde y cuando sea necesario, la demanda de disponibilidad las 24 horas del día, los 7 días de la semana, se vuelve aún mayor. Los sistemas sanitarios deben garantizar que los sistemas de potencia y refrigeración que dan soporte a las TI sean lo suficientemente sólidos como para dar soporte a la demanda actual y futura. Las principales funciones de la infraestructura de cara al futuro incluyen inteligencia, escalabilidad y capacidad de implementación rápida.
Cómo pueden ayudar los partners adecuados
Todavía queda mucho trabajo para lograr el objetivo de una verdadera interoperabilidad en la atención sanitaria. La colaboración entre los sistemas sanitarios, los desarrolladores, los proveedores y los usuarios será, sin duda alguna, primordial. A medida que la industria se dirige hacia este futuro, reunir un equipo de partners cualificados y proveedores que entiendan y se comprometan con la visión puede ayudar a guiar su viaje y maximizar su inversión en el nivel de la infraestructura, desde el Core hasta el Edge. Obtenga más información sobre cómo Vertiv puede ayudarle a construir una base más sólida para el futuro de la atención sanitaria y la interoperabilidad.