El sector energético representa alrededor del 60 % de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Por lo tanto, el Objetivo 7 de los ODS de la ONU, para hacer que el mundo y el desarrollo sean más sostenibles, es garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna. En otras palabras, tener una energía más limpia, lo que significa descarbonizarla y confiar más en las energías renovables.
El reto no es fácil. Nuestras vidas dependen de la energía para muchas de nuestras acciones diarias, como cocinar, trabajar, desplazarnos... Además, sin energía, la lucha contra la pandemia en la que estamos inmersos se complica, ya que no solo es necesario garantizar el suministro de electricidad a los profesionales de la salud, sino también tener agua limpia y permitir comunicaciones y servicios informáticos que conecten a las personas mientras mantienen la distancia social.
Una oleada de energía
El sector tecnológico es también uno de los más intensivos en energía. Solo para mantener el funcionamiento de Internet, la estimación es de 70 000 millones de kilovatios hora al año. Y cuanto más crece la demanda de Internet, tecnología y dispositivos, más energía se consume y se demanda.
Los centros de datos suponen gran parte del consumo de energía del sector tecnológico. Digital Information World estima que hay alrededor de 509 147 centros de datos, 430 de los cuales son de hiperescala. Para darte una idea, el uso combinado de energía de Amazon, Google, Microsoft, Facebook y Apple es de más de 45 teravatios-hora al año, casi tanto como lo que consume Nueva Zelanda al año.
Sin embargo, los centros de datos y otros tipos de infraestructura crítica, como redes de telecomunicaciones, aeropuertos y fábricas de Industria 4.0, tienen un papel clave en este cambiante panorama energético, que presenta nuevas formas de ser sostenible, generar ingresos y reducir costes. Por ejemplo, un informe reciente de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) afirma que las empresas de tecnología podrían desempeñar un papel clave en el equilibrio del uso de la electricidad. Pueden pasar de consumidores de energía a proveedores de energía, utilizando sistemas ya presentes en sus instalaciones, como SAI y baterías.
Fuentes de energía alternativas:
La innovación debe ayudarnos a dar respuesta a algunas de las limitaciones de las energías renovables. Por ejemplo, la energía eólica y solar dependen mucho del viento y del sol para poder captar toda esa energía y transformarla en electricidad. Cuando estos dos recursos no pueden generar energía, se necesitan otras fuentes de producción o alternativamente poder almacenar energía de días anteriores, lo que tampoco es fácil.
Los SAI se utilizan generalmente para proteger hardware como ordenadores, servidores, centros de datos, equipos de telecomunicaciones u otros equipos eléctricos donde un corte de energía inesperado podría causar lesiones, interrupciones comerciales graves o pérdida de datos. El almacenamiento de energía de la batería asociado con el SAI normalmente se dedica a proteger la carga en caso de un fallo de red, pero a menudo no se usa durante la operación estándar. Cuando se conectan con un SAI interactivo con la red, las baterías tienen un doble propósito y se pueden maximizar para respaldar los servicios de equilibrio de la red, como la regulación de la frecuencia cuando la red está presente, pero es inestable, o la gestión de la demanda cuando las condiciones específicas del mercado favorecen la desconexión de la red.
La cantidad de energía dedicada a los servicios de red depende de varios factores. Uno de ellos es el número de baterías utilizadas. Es posible configurar el sistema de almacenamiento de energía personalizado con un sistema SAI grande y una pequeña cantidad de cadenas de baterías o un sistema UPS pequeño con muchas series de baterías. Las variaciones afectan la disponibilidad de energía y los tiempos de autonomía.
Aplicando la innovación, la industria en su conjunto, y Vertiv como parte de ella, han sido capaces de desarrollar sistemas de alimentación ininterrumpida para crear fuentes de alimentación inteligentes e interactivas con la red, que ayudan a estabilizar las redes eléctricas y a suavizar los picos de oferta y demanda.
Gracias a estas innovaciones, los centros de datos de hoy en día pueden ofrecer nuevas tecnologías para la transición de recursos de uso intensivo de energía a reservas de energía. Es crucial para el futuro que desempeñen un papel más activo en el apoyo a la red eléctrica y sean más inteligentes en el uso de la energía.
Sin embargo, para que esto sea una realidad, no solo depende de la innovación, sino también de la legislación. Aquí también se están dando pasos positivos, ya que en los últimos años muchos países han comenzado a abrir sus redes y sistemas de generación de energía, proporcionando nuevas oportunidades para que los consumidores y la industria participen en el mercado.
Todo ello redundará en la descarbonización de la energía y la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la ONU, permitiendo que los grandes centros de datos no solo consuman menos energía, sino que jueguen un papel importante en la viabilidad de las energías renovables y la sostenibilidad de nuestra industria.
Lee más de los expertos de Vertiv sobre la gestión de la energía y otros temas de sostenibilidad en nuestra serie de blogs de Perspectivas Ecológicas.